Otra pintura. No recuerdo cuándo la hice, pero contribuyó a que ganara una beca por un año, pintando y dando clases para el estado, a cambio de efectivo. La amo.

Lo que llamo un dibujo minimalista. En onda Manara, si se quiere. Tiene su encanto experimentar con esto después de tanto barroquismo de pompier.

Chicas, sí. Siempre aparecen. Es en parte instinto y en parte convencimiento: Si al mundo le quitaras todo lo que hay de femenino... valdría la pena la vida?

Sí, orcos... no puedo evitarlo. Pero sólo es jugando, eh!

¿Y por qué no comic? Si empecé con esto. En realidad empezó mi viejo, que cuando leyó El Eternauta decidió que, cuando tuviera un hijo, le pondría de nombre Franco.

Éstas son un par de pruebas para un personaje que se va para largo... con suerte pronto sabremos de él.

Un maloso que de langosta pasó a ser camaleón. Es el primer diseño, en base al cual se iba a modificar todo el personaje. Pero como hubo metamorfosis antes, quedó ahí.

Diseño de personaje para un largo 3D que todavía está en tratativas. Ya trabajé antes en ésto, diseñando, aprendiendo a adaptarme a modeladores, directores y limitaciones de programas... es difícil y apasionante.

Lo infantil siempre me apasionó. Creo que eso nos pasa a la mayoría de los ilustradores. Comprendemos las imágenes antes de aprender a leer y los niños no tienen (tenemos) límites a la hora de darle al mundo una interpretación libre de preconceptos. Acá va el Gato Balón, que protagonizaba ejercicios de matemáticas para uso escolar, en forma de historieta de misterio.
Y el brujito, influenciado de algún modo por Carlos Nine, que me quemó la cabeza desde Humi, allá en mi tierna infancia...

Mi breve pero divertidísimo período surrealista dio como resultado algunas de las pinturas más tontas de mi vida. Me divertí como un cerdo, eso sí. Jugar al artista incomprendido está bueno, siempre y cuando sea un juego y no una excusa para jorobar a los demás con tus neurosis. Genios hay muy pocos. No todos pueden estar diciendo la verdad.

Sin proponérmelo, encontré otra imagen hecha nada más que en phothoshop. Raro! Se ve que paso frente a la compu más de lo que creo.

La vieja amiga que se prestó a quedarse quieta un rato. No será profesional, pero nos hace ahorrar unas buenas monedas. Doy gracias.

Una diablita que empezó como un boceto de puro aburrimiento, y como empezó a gustarme me dio muchos dolores de cabeza. En fin... ahí queda.

Una vieja amiga que tuvo la gentileza de posar un rato.

Éste fue para la tapa de una edición de "Los Versos del Capitán", de Pablo Neruda. Una gouache antigua.

Otra técnica que creo haber descubierto (que no inventado) para la tapa de un libro de poesía erótica. Es quizá el trabajo más viejo que subo. Ojalá le guste a alguien!

Diseño de personajes. Otra pasión poco remunerativa. Originalmente eran diseños para un manual de rol que no se hizo. Una pena, porque era muy divertido de jugar y muy estimulante para ser ilustrado. Quedaron un par de hojas sucias y algunos honores mancillados. Estuvo muy bueno!!!

Un par de óleos. Otro vicio de los tiempos de la academia, y que ninguna computadora ha conseguido desbancar. El placer de trabajar con las propias manos, sin intermediarios... es otra cosa, digan lo que digan. Sin filtros, sin "Ctr+Z"... sólo la idea y tus cojones contra el mundo. Los muchachos de antes no usaban gomina.

Para un corto 3d que trataba de viejitos hice un par de diseños, como complemento de mi solicitud de trabajo. Para no ir con las manos vacías, nada más. La estética era muy otra. Aunque la propuesta quedó colgada, estuve casi un año en ese proyecto y aprendí muchísimo. Igual me quedé con los diseños originales, que no me desagradaron.

Ideas sueltas, bocetos, ratos de ocio. Por ahí está bueno dejar que de la mano salga lo que quiera salir sin darle tantas vueltas. Cada año tiro kilos de papel con esas cosas. Creo que nos pasa a todos, ¿no?

Único trabajo hecho íntegramente en Phothoshop y por placer hasta ahora. Y eso es mucho decir, porque, como se ve, está sin terminar. Algún día, cuando la wacom de Caesar vuelva a cear en mi poder (nada, chiste privado).

Más de lo mismo. Bañoparaíso y la escena final, donde los rebelados del Baño vencen con agua a las huestes de la Cocina. Suena La Carga de las Walkirias, de Wagner. Bah, no sé... así me lo imagino.

Trabajo íntegro en phothoshop. Nada demasiado elaborado, porque es el concept para un corto de animación 3d llamado Bañoparaíso. Es algo entretenido de hacer pero, aunque la compu da muchas facilidades a quien sabe usarla (que no es mi caso) siempre termino extrañando ensuciarme las manos.

Otro de T. O. Una técnica propia que intenté enseñar sin éxito en más de un taller. Nunca entendí por qué los alumnos no la captaban, pero a mí me resulta muy, pero muy útil y divertida. Siempre me quedan cosas mejores que las que había pensado, y es rara porque el azar juega siempre a tu favor, contrariamente a lo que pasa, por ejemplo, con la acuarela.

Un retrato a lápiz. Una amiga española me pasó una foto de cuando era niña, sólo que donde está el árbol tenía un perrito muy feo que eliminé sin derramar una lágrima. Me gusta bastante, el lápiz es un amor de toda la vida.

Éstos son tres personajes de comic que no cuajaron. Unos vampiros poco corrientes. La idea era hacer algo más bien elaborado, por lo que yo haría el lápiz y un amigo ilustrador lo trabajaría en acuarela, B/N. Claro, era mucho tiempo y mucho trabajo, así que quedó en una sinopsis y un par de páginas a medias.

Un laburo muy viejo, pero que todavía me gusta. Tiene más de diez años, creo.

Otra de T. O. Por desgracia la mayoría se perdió en un accidente, pero algo queda. Es la clase de trabajos que más me gusta hacer. Últimamente me estoy animando a meterle compu a lo que hago. Le escapaba, pero me está gustando.

Ésta es una de las ilustraciones que hice para la publicación de Heavy Metal T. O. para la que trabajé en los períodos 1999- 2000- 2001- 2003. Fue un muy buen trabajo, hice amigos y no tenía restricciones a la hora de ilustrar. Jamás me rechazaron un trabajo. Y, sí. Pagaba poco. Todo no se puede.

Identi kit

Mi nombre es Franco Vega. Nací en Córdoba Capital (Argentina) el 21 de Septiembre de 1979.
Cursé estudios de Arte en San Luis, Córdoba y Mendoza.
He realizado comics, portadas de libros, diseño de personajes y escenografías para 3d, storyboards, murales, pinturas de caballete, y una gran variedad de trabajos difíciles de clasificar.
He dado muchas (a veces pienso que demasiadas) clases. Principalmente de pintura, dibujo artístico, dibujo y guión de comic y literatura. He alquilado la mano y el cerebro y he creado por placer, cosa que aún hago de vez en cuando.
Todavía no consigo que los farmacéuticos dejen de reírse cuando leen mi currículum.
Aún así, insisto en lo que me propuse cuando mi padre me daba las primeras lecciones de dibujo y yo apenas sabía de qué iba la cosa: variar de registro, cambiar constantemente y cuidarme mucho de ampararme en un estilo o técnica para que las ideas no me superen. A veces veo las cosas de una manera y no de otra; maneras que suelen estar muy lejos de lo que mi mano tiende a hacer desde un primer momento. Todas las formas me seducen, excepto el manga, al que jamás me acerqué. Es un camino bastante riesgoso, pero da grandes compensaciones (al menos a mí). Siempre tuve la esperanza de que esa actitud se refleje en mi trabajo.